Si les hablo de papel aluminio, probablemente ustedes pensarán en recetas, o comida recalentada. Pero, ¿pies? ¿Qué podría tener que ver este material con nuestras extremidades? Aunque no lo creas, es una valiosa solución para el resfrío.
Y para ello, debemos envolver nuestros pies por lo menos 2 horas, y 5 capas de papel. ¿Por qué? Las propiedades antiflamatorias del aluminio harán que calmen los síntomas de la enfermedad.

Si eso no te resulta ya demasiado extraño, déjame contarte que este material es útil también para las quemaduras. Tras limpiar la herida, aplicar ungüento y la gasa correspondiente, enrollar bien con aluminio y sujetar la zona, puede resultar muy beneficioso para la herida.
Y sí, hay más. Porque incluso pueden ser impulsores de energía.
Toma algunas tiras de papel aluminio y mételas al congelador por dos o tres horas. Una vez que estén congeladas, ponlas en tus mejillas y cejas, para que así te relaje las facciones. Sentirás una potente sensación de calma, y por ende estarás más despierto y activo.

Pero la «magia» de este material no se acaba ahí.
Para quienes sufren de dolores en las articulaciones y espalda, también puede ser una solución. Y bajo la misma lógica: enrollar la zona comprometida, limitar tus movimientos y usarlo durante la noche o por 24 horas incluso. Quedarás sorprendido con los resultados.
Increíble, ¿cierto?